14 de abril de 2014

Futuro incierto en la educación para niños con discapacidades

Marcela había asistido a una escuela regular hasta cumplir siete años. Jugaba y realizaba sus tareas con sus compañeros de clase sin sentirse diferente. A finales del año pasado, su docente de parvularia recomendó a su madre que debía trasladarla a una “Escuela de Educación Especial”, y le dijo: “No voy a descuidar a los demás niños para atender a su hija”.

Claudia se negó e intentó que ingresara a otras instituciones regulares; pero no tuvo suerte. Ahora la niña estudia en una escuela especial de San Salvador, aunque su madre considere que es un retroceso en los avances que alcanzó.

Como Marcela, en el país la mayoría de niños con discapacidades mentales leves no son aceptados en el sistema regular por la ausencia de maestros especializados en el área.

Según el psicopedagogo Agustín Fernández, dependiendo del grado de dificultad algunos de los estudiantes están preparados para la educación regular.

“Hay que conocer el nivel de discapacidad mental”, dijo.

En El Salvador existen 1,162 docentes especializados en atender a esta población: 850 en el sector público concentrados en los centros “especiales” y 312 en los colegios privados.

Carmina Rodríguez, maestra de un centro de Santa Tecla, señala que las políticas de gobierno deberían ser más fuertes para consolidar la inclusión que promueven. La docente reconoció el compromiso que deben asumir los profesores para cambiar las condiciones actuales de prejuicios y discriminación. “A la fecha no he visto que las políticas preparen a los maestros regulares (…) los niños se adaptan, los que no nos adaptamos somos nosotros”, agregó.

Sin embargo, Denis Tercero, jefe del departamento de Educación Inclusiva del Ministerio de Educación, destaca que actualmente capacitan a docentes de centros escolares focalizados donde implementan la inclusión.

Diario El Mundo intentó comprobar la modalidad y pidió al departamento de comunicaciones especificar el nombre de las escuelas, pero no obtuvo respuesta.

Falta de acceso

Debido a la falta de preparación pedagógica de docentes, algunos niños y niñas con discapacidades, especialmente las mentales, dejan de estudiar. “Incluir alguien con discapacidades físicas, es más fácil”, comentó Rodríguez.

En el país existen 29 escuelas dedicadas únicamente a formar a estos niños y niñas.

La mayoría está ubicada en territorios poco accesibles. Los datos más recientes del Censo de Población y de vivienda realizado por la Dirección General de Estadística y Censo (Digestyc), de 2007 arrojan que existen 35,664 niños y niñas menores de 19 años con algún tipo de discapacidad. De éstos, según Plan Internacional, solo 2,816 están matriculados en escuelas públicas y colegios privados.

En algunos casos, la lejanía hace que los niños se queden en casa, aunque normativas como la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (Lepina) especifiquen que el Estado debe garantizar el acceso a la educación.

Al no contar con los suficientes recursos académicos, los niños con discapacidades mentales tienen un reducido porcentaje de acceso a la educación superior y con el paso del tiempo al campo laboral.

Proyecciones

Las interrogantes “cómo subsistirán cuando yo falte” y “qué pasará con ellos” son las principales preocupaciones de los tutores y padres de familia de los niños con discapacidad. Alma es madre de Marvin, un joven de 26 años que tiene un retraso mental leve. Aunque actualmente realiza su tercer año de universidad en la licenciatura de Idiomas, no deja de preocuparle el futuro laboral, y que no pueda llevar una vida igual a la de sus hermanos menores.

Carmen González, directora de la Escuela de Educación Especial de Santa Tecla, asegura que existen ejemplos de personas con discapacidades mentales que finalizaron sus estudios y actualmente se desempeñan adecuadamente. “Hay que prepararlos a ellos para la vida para que puedan ser aceptados e integrados”, dice.

A pesar que son pocos los adultos y jóvenes con discapacidades mentales que cuentan con un empleo, los docentes aseguran que la mayoría pueden llevar una vida relativamente normal y contribuir al desarrollo de su país, si se trabaja específicamente en las necesidades de cada uno de ellos.



29 Son las escuelas en el país exclusivas para niños con algún tipo de discapacidad.

35,664 Niños y niñas entre 1 a 19 años tienen alguna discapacidad en el país.



Transición educativa- laboral

• En 2013, la Universidad de El Salvador (UES), el centro de educación superior más grande de El Salvador, contaba con 82 estudiantes con discapacidades intelectuales y físicas.

• Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) únicamente un 25% de personas con discapacidad tiene un empleo para subsanar sus necesidades.

• En el país, al menos dos institutos de educación superior incluyen en su currícula la especialización de la Licenciatura en Ciencias de la Educación con Especialidad en Educación Especial y profesorados.


                                                                                                                      F. DEM