2 de mayo de 2014

Deuda pública de El Salvador ya supera los $15,100 millones

 
Al cierre de marzo 2014, a solo dos meses para finalizar el quinquenio de Mauricio Funes, la deuda total del Sector Público, formado por todas las instituciones públicas, financieras y no financieras, asciende a $15,106 millones y es equivalente a 60 % del Producto Interno Bruto (PIB).

La cifra representa un "record histórico" para la ya frágil economía de El Salvador, y compromete al país ante agencias que analizan el riesgo de la nación. "Las consecuencias del alto endeudamiento público son perjudiciales para el progreso social, el crecimiento económico y la estabilidad de la economía", publicó Fusades en un reciente análisis de coyuntura económica.

El economista Luis Membreño asegura que con el nivel de endeudamiento que ha alcanzado el país bajo esta administración, hay "cero capacidad de adquirir más deuda".

Fusades advirtió a inicios de marzo de 2014, que la situación "no ha llegado a su punto más crítico", y que el próximo Gobierno tendrá que enfrentar de inmediato problemas como la brecha fiscal, el alto endeudamiento (casi 73 % del PIB) y el bajo crecimiento económico, que no sobrepasará el 1.9 %, basado en estimaciones oficiales.

Y según el economista Claudio de Rosa, quien califica de "cifra de record histórico" el endeudamiento, esto es resultado de un aumento de la deuda en $4,718 millones durante la actual administración (de junio 2009 a marzo de 2014), en respuesta a las necesidades financieras requeridas para cubrir un déficit de $4,625.6 millones registrados por el Sector Público, "también el más alto de la historia económica de El Salvador", afirma.

A su criterio, las cifras dejan en evidencia el grave impacto que tiene en las finanzas públicas un déficit fiscal sin control y desmedido. Además la situación conlleva aumentar desmedidamente la deuda pública, lo que debilita la capacidad financiera del Gobierno y compromete la sostenibilidad social de la política fiscal, creando un panorama gris para la administración que asumirá el cargo el 1 de junio próximo.

Las consecuencias

Según el análisis hecho público por Fusades, "el excesivo endeudamiento, impide que el gobierno cumpla en forma apropiada sus funciones, como servicios de salud, educación, seguridad ciudadana, infraestructura, entre otros, debido a que deben destinarse cuantiosos recursos a la atención de la deuda, y restringe el margen para atender contingencias causadas por desastres naturales o choques externos".

Cientos de proveedores de diversos servicios (desde zapateros, pasando por sastres hasta medianos y pequeños empresarios) son los que están viviendo en carne propia los efectos de la aparente "falta de recursos", ya que deben esperar hasta 4 meses para recibir pagos, pese a que el país está teniendo mejores ingresos.

El grave impacto que tiene en las finanzas públicas un déficit fiscal sin control y desmedido, porque conlleva aumentar en igual proporción la deuda pública, debilita la capacidad financiera del Gobierno y compromete la sostenibilidad social de la política fiscal, argumenta De Rosa.

En efecto, el déficit del Sector Público No Financiero, conformado por el Gobierno Central, instituciones descentralizadas y empresas públicas no financieras, se mantuvo en un promedio de 4 % del PIB en los últimos 4 años.

"Este es un resultado que refleja una gestión con falta de disciplina fiscal y escasa responsabilidad financiera. Por esto, las diversas casas calificadora de país le han bajado la nota a El Salvador", argumenta el expresidente de Abansa.

Otro impacto directo es en futura contratación de créditos para el Estado, se perfilan a ser adjudicados con mayor tasa de interés debido a la baja calificación con la que cuenta El Salvador por el alto endeudamiento.
 
 
 F. EDH