4 de noviembre de 2013

"AMAÑOS" del fútbol, perjudicaron el baloncesto nacional.

La selección salvadoreña de BKB inició su gira en Los Ángeles con la misión de borrar de la diáspora el fantasma de los amaños.
La palabra “amaño” parece ser la nueva integrante del diccionario salvadoreño. Y no para bien. Aquí en Los Ángeles, al hablar del territorio de Cuscatlán, parece ser que también se debe hablar de amaños.

Los hermanos lejanos están dolidos. Y la selección nacional de baloncesto mayor que se encuentra por estos lares para disputar una serie de amistosos preparatorios al Centrobasquet y en apoyo al COES en su búsqueda de fondos para los Juegos Bolivarianos, fue testigo en primera fila de esa molestia que siente la diáspora.

Pero como buenos basquetbolistas que son, condujeron la pelota, hicieron un dribble y se metieron a la bolsa a la afición. Y parece que anotaron un triple.

La Azul llegó a territorio angelino el sábado cerca de las 7:30 de la noche hora local (9:30 en El Salvador). Cansados, ocho basquetbolistas –a los que se unirían luego los legionarios– fueron recibidos efusivamente en la terminal aérea por un pequeño grupo de salvadoreños residentes en este estado y que apoyan la gira cuscatleca.

Aquí también estaba el seleccionador Iván Barahona, quien junto con su esposa, manejó dos de las tres camionetas en las que la delegación, completada por los auxiliares Roberto Carrillo y Arturo González Mata más el gerente y el presidente de la FESABAL, Rodolfo Mena y Yamil Bukele, respectivamente, se movilizó.

La tercera camioneta era conducida por Reynaldo Flores, propietario de Central de Envíos, una empresa que manda encomiendas a El Salvador y que se ha convertido en patrocinador de la gira.

Patrocinadores. La otra palabra clave del inicio de este viaje, junto a amaños.

En la tercera camioneta también viajaba Felipe Flores, ejecutivo del COES. Y entre él y Reynaldo avisaron de la dificultad que han enfrentado para conseguir patrocinadores de este proyecto.

“Ha sido difícil convencer a la gente. Los amaños del fútbol han afectado la imagen del deporte salvadoreño. La gente desconfía mucho. Primero quieren ver a los muchachos para después hablar de patrocinio”, detalla Reynaldo, quien ha pagado la publicidad de los juegos de la selección de baloncesto en radio y TV y el mismo sábado sacó de su bolsilla la cena del grupo.

Antes de cenar, el grupo pasó por el Hollywood Park Casino, donde se celebraba el Viva la Cumbia Tours USA, amenizado por las orquestas San Vicente y Hermanos Flores, así como Aniceto Molina. La presencia salvadoreña, a tenor de esos anfitriones musicales, parecía asegurada.

Y como explicó Reynaldo, pagar $50 por una entrada a este festejo, donde abundaron la bebida y la comida, parecía poco para tratar de paliar la nostalgia por el terruño de la gente que tiene que viajar al norte buscando mejores oportunidades.

Pero antes de que la orquesta San Vicente subiera al escenario, los basquetbolistas Carlos Arias y Fabio Molina, más Yamil Bukele y Felipe Flores saltaron a la tarima a promocionar la gira.

Y mientras Flores hablaba sobre los tres juegos que se celebrarán en suelo norteamericano, desde la llanura retumbó esa palabrita tan de moda en la boca de los salvadoreños: “Amaños, amaños, amaños”, gritaron los hermanos lejanos.

Pero Flores, astuto, “fintó” al público, lo calmó y lo puso de su lado diciéndoles: “El corazón no se vende. Y si vienen los Lakers, también a los Lakers les vamos a ganar”. Los asistentes al carnaval no pudieron más que aplaudir y cambiar los reclamos en muestras de apoyo.

“Esto era un sueño. A nosotros como seleccionados muchas veces nos dijeron que vendríamos a jugar a Estados Unidos y hasta ahora lo estamos logrando. Hay que premiar al COES por esto. Hemos venido a vivir el baloncesto”, recalcó el presidente de la FESABAL, Yamil Bukele.

Los amaños están ahí. Y seguramente estarán por un largo tiempo. Pero el deporte y en este caso el baloncesto tiene en sus manos usar ese factor a su favor para darle vuelta al asunto y lograr, con base en trabajo, que el cariño que el hermano lejano siente por el fútbol no muera, sino que solo se transforme y cambie de destinatario.

La Azul de baloncesto jugará tres partidos en Los Ángeles. El primero fue ayer mismo, contra Thundercats, un equipo amateur que juega en una liga local (ver nota aparte). Sin embargo, lo bueno comenzará el martes, cuando se visite el campus de la California Lutheran University y terminará el miércoles, con el choque ante Laverne University.