23 de octubre de 2013

Nueva oferta electoral: más de lo mismo


Poco a poco los salvadoreños somos bombardeados por propaganda, con la que los diferentes institutos políticos buscan convencernos para ganar nuestro voto.

Sin embargo, y a pesar del esfuerzo y despilfarro de dinero, poco o nada hacen para conquistar nuestra voluntad con ideales de un verdadero cambio que favorezca a la gran mayoría de compatriotas.

Uno de los candidatos, quien siempre escribe su nombre con buena letra y tinta roja, ofrece una clase que repasa promesas y promesas, creyendo que los salvadoreños seguimos siendo analfabetas.

Por si lo ha olvidado, usted es vicepresidente, y nos viene a prometer, lo que en la actualidad no ha cumplido durante el gobierno del ciudadano presidente, Mauricio Funes.

El otro señor, que dice ser un tricolor, pero que su opaca campaña se despinta cada vez que aparece en los medios de comunicación, con un discurso trillado que solo señala los problemas que ya conocemos y se aleja de ser propositivo.

Señor alcalde, no queremos otro gobierno que pase llorando, por 20 o 5 años de mandato, no queremos un gobernante que llore nuestras penas, no queremos quejas, berrinches, ni excusas. Los salvadoreños queremos respuestas a nuestros problemas, opciones, esfuerzos que nos incluyan y se alejen de ese discurso monótono que bien lo identifica a usted.

A este ramillete de opciones se suma una nueva derecha, que no sabemos si es naranja, verde, azul o blanca; que dice ser la novedad impulsada por políticos viejos cuyas mañas son conocidas de sobra por la sociedad.

Este grupo, presenta a un candidato más conocedor del discurso y de las estrategias, pero que en el fondo quiere enamorar con programas sociales y ofrecimientos que ya hizo en el pasado, pero que igual, o no cumplió o cumplió a medias.

La pregunta es ¿Qué podemos esperar los salvadoreños? Debemos apoyar al menos peor o simplemente no acudir a las urnas para enviar un mensaje a la clase política.

Si ofrecen cambios, avanzar o recuperar al país, deberían primero cambiar como personas, dejar sus intereses particulares y velar por los intereses de la población. Deben pensar en servir y no en volverse ricos como tradicionalmente ha sucedido con presidentes y sus gabinetes.

El Salvador ya no quiere más de lo mismo, existe una necesidad de transformación real que permita el desarrollo individual y social en este país.

Empachados estamos ya de tanto atol, ya es hora de comer algo que nos sustente, porque sino terminaremos vomitando ese puré de ingredientes polarizados e ideologías engañosas, donde comunismo y capitalismo vienen en presentaciones diferentes pero al final, tienen el mismo sinsabor.

#Opinión
Anónimo