30 de septiembre de 2013

Acusan a dos por ataque en taller de Mejicanos

En el taller se encontró documentación que, se sospecha, pertenece a la PNC
Mario Antonio Cortez y José Manuel Castro fueron acusados ayer formalmente, en el Juzgado Especializado de Instrucción de San Salvador, de haber participado en el ataque que se cometió dentro de un taller, en Mejicanos, el jueves pasado. En el hecho murieron un investigador policial, el propietario del taller, un ayudante de este y uno de los atacantes. El delito imputado es homicidio.

La Fiscalía General de la República (FGR) acusó ayer a Cortez de ser la persona que conducía una motocicleta cuando arribaron al taller para supuestamente perpetrar el atentado. Castro, por otra parte, es identificado como el encargado de haber brindado “seguridad” mientras se realizaba el ataque.

Todos los detenidos, así como Rafael Adonis López Dávila, a quien se le achaca ser autor material del tiroteo, fueron identificados como miembros activos de una pandilla. A López Dávila le disparó, según la versión oficial, el agente policial Denis Rivera Trinidad, destacado en el Centro de Inteligencia Policial (CIP) y quien fue sepultado ayer.

Ni la FGR ni la Policía Nacional Civil (PNC) han querido brindar información acerca de qué casos en específico se encontraba investigando el agente, o con qué unidad de la Fiscalía. El viernes pasado, el jefe fiscal de la Unidad Especializada Antipandillas y Antihomicidios, Óscar Torres, únicamente refirió que el agente Rivera trabajaba en casos que involucraban estructuras delictivas. Los otros tres detenidos fueron acusados del delito de resistencia.

Hallazgos e hipótesis

Uno de los fiscales del caso reveló ayer que luego de que ocurrió el ataque, en el que también murieron Vidal Antonio Valladares, propietario del taller, y su empleado, Wilfredo Ramos, se efectuaron registros en el lugar. Este último fue identificado como pandillero retirado.

En el taller la PNC y la FGR ubicaron un aproximado de 26 oficios de la PNC, que son utilizados para la entrega de vehículos incautados, y que se encuentran en depósito en Changallo.

“Algunos estaban en blanco, con el sello de la PNC. Otros ya estaban llenos”, dijo el fiscal del caso. Cuando se le cuestionó si es cotidiano encontrar tal tipo de documentación en los talleres mecánicos manifestó “no, es inaudito”. Tal documentación, aclaró, es de uso personal del interesado que reclama un vehículo incautado. En el taller, además, las autoridades encontraron una gorra policial que poseía el bordado distintivo del cargo de subinspector.

Por ello, la FGR considera entre las hipótesis la relación con estructuras de robo y hurto de vehículos. Ayer reiteraron que otra de las hipótesis es que Valladares podría haber estado brindando información al agente Rivera. Una tercera posibilidad es que Valladares podría haberse rehusado a pagar extorsiones a los pandilleros que lo atacaron.

“Hemos encontrado otros formatos, originales también, que corresponden a la Fiscalía de Mejicanos y del juzgado de Paz de esa localidad. Se están realizando investigaciones, algunos ya son copias, ya han sido retirados los vehículos”, dijo el fiscal del caso y agregó que se está verificando la autenticidad de los documentos.

El fiscal añadió que aún no ha existido el tiempo para cotejar si los datos reflejados en los oficios corresponden a información real de vehículos entregados.