31 de julio de 2013

QUÍMICA SEXUAL

Hay muchas formas de definir la química sexual mediante sensaciones y percepciones pero en realidad se trata de un proceso más complejo en el que se ven directamente involucradas nuestras hormonas y donde el aspecto racional no encuentra cabida. 
- Las feromonas juegan un papel fundamental en la química sexual éstas se presentan en el olor, los gestos, la forma de besar y la sensación que te transmite el contacto con la otra persona mostrándose a través del deseo sexual.
- Una de las principales señales de la química sexual reside en el olor. Te gusta, atrae y excita el olor de esa persona, sus aromas naturales es decir que no se trata de un perfume sino de su piel.
- Su cuerpo con o sin ropa -si has tenido la oportunidad de verle desnudo(a)- te resulta poderosamente atractivo muy a pesar de los defectos que pueda tener. No se trata de un tema de perfección si no de un deseo por esa anatomía en particular
- Cuando tocamos o somos tocados por alguien que nos gusta lo disfrutamos, pero cuando hay química sexual el más mínimo contacto, el simple tacto con esa piel dispara tu deseo sexual: un simple roce basta para estar listo para la acción.
- Sus besos y su sabor (el de sus labios, su saliva, su aliento y el de su piel) te gustan y consiguen activar por completo todos tus sentidos, te generan placer y ganas.
- Su forma de caminar, de moverse, sus gestos pequeños te atraen por completo, te gustan pero más importante aún consiguen remitirte a ideas sexuales. Cuando este tipo de química existe esa persona te activa rápidamente y con el más mínimo movimiento.
- Es claro que hay un gran deseo sexual cuando te agrada la intimidad con esa persona, cuando piensas en la forma en la que tienen sexo te excitas de inmediato, cuando no tienen relaciones en un tiempo le extrañas y deseas, puedes tener fantasías sexuales con él/ella y de algún modo estás siempre listo para un encuentro.
- Una de las cosas más increíbles de la química sexual es que el simple hecho de ver a esa persona puede excitarte. Verla caminar, venir hacia ti o hacer un pequeñito gesto de seducción te impulsan a saltarte encima sin pensar. Si es así hay química de sobra.